viernes, 26 de marzo de 2010

Niiiiiike!!!


He dedicado toda esta semana a mentalizarme para volver al curro. Sólo la idea, me estremece y no de placer, precisamente.

El caso es que me puse a hacer un repaso mental de lo que se me va a venir encima y recordé una de mis últimas peripecias laborales.

Estaba yo toda digna, (como es habitual en mi, todo hay que decirlo y es que el uniforme me queda de vicio. Cabeza alta, espalda recta, imagen del triángulo de las bermudas 100%) cuando se me acerca un matrimonio. El marido me enfoca y empieza a contarme su vida. Era de esos señores que se consideran simpáticos y brillantes. Por mi parte, cara de póker y semisonrisa rígida para no parecer una borde.

Escuché y escuché. Cuando el buen hombre decidió que ya había roto el hielo y me tenía en la palma de la mano, procedió por fin a decirme lo que realmente venía buscando. Hete aquí la peli:

- Verás guapa, es que estaba yo buscando unos calcetines de deportes. Si, si... pero espera, que te cuento más, porque no son cualquiera, no. Los que yo busco, tienen que ser buenos, como esos Nike. Es que llevé otros que no los conocía ni su puta madre y buena la hice, porque me generaron una erección de la hostia...

A esas alturas mis sirenas internas sonaban furiosamente. Lo miré a él y la miré a ella. La mujer se mantenía medio metro por detrás. Solo atisbé a descubrir que ponía los ojos en blanco.

Sentí como se me elevaba involuntaria y maliciosamente mi ceja derecha. Hasta sentí como se me ponían los ojos brillantes. Ahí iba yo....

- Y para qué quieres cambiarlos piltrafilla!!... a cualquier macho ibérico que le digas que hay unos calcetines tan prodigiosos, que sólo con ponértelos te hacen padecer la erección de tu vida, vamos... que se arma aquí la de vámonos Juana, ya me veo haciendo turnos dobles.

Eso es lo que pensaba pa' contra mi... la realidad fue que tuve que darle la espalda, morderme la lengua, tomar una bocanada de aire anormalmente grande para no partirme allí mismo y darle los Nike que tanto valoraba.

Tengo la sensación de que la mujer le dio un cogollazo mientras bajaban por las escaleras mecánicas, porque vi una mano volando y escuché un sonoro ¡zas!

jueves, 25 de marzo de 2010


He perdido la cuenta y la memoria... creo que sólo puedo recordar con claridad los últimos tres años y lo que fue mi vida hasta el 2005. Es decir, he perdido dos años de mi vida en los que sólo soy capaz de distinguir una nebulosa y cientos de flashes que sólo me llevan a sentirme francamente mal, fuera de lugar y fuera de mi.

En ese periodo de tiempo, llevé la relación más penosa y sórdida que se pueda imaginar, pero no es la relación lo que me hace escribir hoy. Lo que me hace escribir, es el insoportable conocimiento de saber que ese error, hizo que perdiera cosas que me eran queridas, incluso de mi misma.

Cuando te machacan sin piedad, te pulverizan y te convierten en una perfecta desconocida, hay un momento en que te estrellas contra el suelo y tocas fondo. Hay dos opciones:

Te quedas allí abajo lamiéndote las heridas, llorando de rabia pura y dura y de pena por tu propia persona. Muriéndote de verguenza por haber llegado a semejante extremo, cuando tú siempre has tenido la vida y las ideas tan claras.

O bien decides salir de allí arrastrando y tragándote toda tu tristeza y tus heridas.

Yo opté por la segunda opción, la oscuridad prolongada no me sienta demasiado bien, ni a mi orgullo y mucho menos a mi dignidad.

Oh, si!!... y resurgí de entre mis cenizas. Empecé dando palos de ciega, muy ciega. Me recuperé física y mentalmente, las dos cosas se habían quedado seriamente dañadas.

La mejora física la sobrepasé con creces...jajaja... son las ventajas de vivir con tu propia estilista. La mejora mental, me llevó bastante más tiempo, pero de ahí también salí airosa. Es lo que tiene de vivir con tu psicóloga...jajajaja

Y no, no soy un zorrón... más que nada porque no me dio tiempo a serlo, seguramente de no tener lo que tengo hoy en día en mi vida, habría acabado siendo el zorrón más legendario de todos lo tiempos.

Mi estilista y mi psicóloga son la misma persona, por algo la llaman MariGiver... ella vale pa' too, pa' too, pa'too... más "coriosa" ellaaaaa.

Memorias de Africa empieza con la frase de "...Yo tenía un granja"

Mi memoria de hoy empieza con: "...Yo tenía un clan"

Si. Mi clan era de ocho miembras, unidas como una piña. Lo que sufría una, lo sufríamos todas.

Mi clan era virtual, no nos conocíamos en persona, nos conocíamos por participar en el mismo foro de discusión. Lo que empezó como una mera aventurilla, terminó siendo una amistad fuerte y potente. Nos embarcamos en misiones imposibles, en debates sin fin, en consejos y asesoramiento hacia el foro más joven y escribiendo fanfics. Una época muy entrañable para mi. Finalmente, se nos terminó conociendo como el Clan de las Honorables Ancianas.

Bueno... pues gracias a esa nebulosa de mi vida, perdí a mi clan. No lo perdí exactamente, lo abandoné en silencio. Sin avisos, ni explicaciones.

Hice eso porque no podía permitir que vieran en lo que me estaba convirtiendo y mucho menos lo que estaba viviendo. No podía permitir que vieran mi sufrimiento.

Cuando te comunicas a diario durante años, no importa que no veas a la persona, no importa que no la conozcas físicamente. Su forma de escribir te lo dice todo, incluso lo que se calla. Mediante la escritura, puedes conocer infinitamente mejor a una persona, mucho más, porque cuando escribes, pones todo el sentimiento y van pedacitos tuyos en el escrito. Pedacitos de tu alma, pedacitos del corazón, pedacitos de tus pensamientos... lo que tú eres, se lee en cada línea, tus escritos hablan de ti y del tipo de ser humano que eres. Cómo sientes, cómo respiras, cómo ríes... todo queda ahí silenciosamente reflejado.

No hacía falta que mi clan me viera para saber que algo no iba bien. Presentían que estaba sufriendo y que estaba cambiando.

Por eso me alejé. Desaparecí de golpe.

De todo lo que perdí por aquellos tiempos, mi clan es lo que recuerdo con más nostalgia. No saben que no las he olvidado y lo que es más importante: que me acuerdo de ellas todos los días.

Battle on, girls!!... battle on!!

miércoles, 24 de marzo de 2010

Tres, van tres.


Hoy hacemos tres añitos juntas, estamos de aniversario y traspasando barreras.

Feliz de la vida, deseando que pasen muchos, muchos, muchísimos más y siempre a tu lado.

Te quiero locamente.

martes, 23 de marzo de 2010

Un día sobre ruedas...


Uy, uy, uyyyy!!!

No voy a alargarme hoy, que no tengo fuerzas, ni forma humana de apoyar la espalda.

Me tocó visita al "hostiópata", si, si, bien leído: HOSTIOPATA, porque más que hostias no me da.

Que dolor, madre del amor fermoso!! que dolooooor!!!... y encima pago para que me maltrate, si es queeee... tiene bemoles el asunto. Me quita el dolor del cuello para ponérmelo en toda la espalda, más majo él, que las antiguas pesetas.

Lo cierto es que el médico, es muy agradable. Tiene la risa floja y es parlanchín, aunque para mi es difícil mantener una conversación cuando me están clavando cinco estiletes y partiendo la cintura. Es la primera vez que le lanzo cagamentos a un médico y además le mando recuerdos a su madre. El se ríe, por suerte para mi, porque si se lo tomara muy a pecho, podría hacer que saliera de allí en sillita de ruedas, eso sí, con motor, que ya no estoy pa tantos esfuerzos. Hoy me enteré que es motero y como buen motero, me dio unas clases rápidas mientras me conducía vertiginosamente a oscuros y dolorosos abismos. Entre jadeo y jadeo, le dije que le estaba dando vueltas a la idea de comprar una moto, nada salvaje, algo práctico que me permitiera no depender del tren y que pudiera ir por autopista. Creo que lo emocioné muy a mi pesar, porque se enajenó nuevamente clavándome los garfios que tiene por dedos y entre lágrima y lágrima, alcancé a murmurarle en un último suspiro que mi mayor obstáculo era Mari, que a ella no le seducía lo más mínimo la idea y bueno, que ya puestos y contando con que me estaba torturando y matando allí mismo, difícilmente saldría con vida y posibilidades de visitar ningún concesionario. Pero eso sí, que le dijera a mi churri que la quise mucho, mucho, mucho, muchísimo y que se salvara ella ya que yo no podía.

Menos mal que mi princesa guerrera va también a éstas sesiones, porque de no ser así, sería cuando menos mosqueante. Cuando salgo del cubículo, voy jadeante, sudorosa y no camino muy sobriamente. Además voy arreglándome la ropa y mis pelos me asemejan más a Medusa que a mi misma. El médico no jadea, pero suda como yo, con lo que sumar uno mas uno, podría llevarnos a penosas confusiones.

Antes de irnos, se puso a escribirme algo que sólo él podía adivinar. Ni Mari, ni yo, sabíamos de que iba tanta anotación. Creí que sería algún tipo de gel muscular, o unas pastillitas o una rutina de ejercicios, no lo sé. Lo que me dio en aquel papelito, fueron tres marcas y modelos de motos para orientarme. A que es majete????... y atípico.

Finalmente y después de hacer un par de recadillos, Mari se apiadó de mi y me invitó a tomar un café. En esa cafetería, siempre te regalan unos churros con el café. Y allí estábamos las dos, periqueando por la ventana, charlando y riendo. Ella quiso saber qué me parecían los churros y yo puse una ligera mueca, le dije que estaban bien, pero ni se acercaban a los que ella me hace y que además a esos churros, siempre les faltaba azúcar. Mi vista estaba fija en los jardines que se ven desde la ventana hasta que escuché lo siguiente:

- No te preocupes... voy a ponerte mi azúcar en tu churrito.

Pa' habernos matao, pensé que moría allí mismo de risa, malicia y asfixia.

Al principio Mari no entendía mi ataque y para cuando lo entendió, sólo atinó a decirme tonta y que yo no tenía churro.

Moradas. Nos pusimos moradas.

domingo, 21 de marzo de 2010


Quién dijo que la convivencia era fácil?? mentira cochina. Es difícil, es trabajosa y ante todo, debe ser continuada.

Si a eso le añadimos el agravante de ser dos personas con un temperamento volcánico, las cosas se complican.

Cuando Mari y yo nos enfadamos, todo mi mundo se pone patas arriba, todo lo que hay en mi cuerpecillo capaz de temblar, lo hace ferozmente. Las dos quedamos extenuadas por el desgaste, porque el enfado puede ser mayor o menor, lo que se hace intragable es la pena, la tristeza y el goteo continuo de pensamientos.

Y es que las dos somos de armas tomar, porque a chulería y dignidad no hay quien nos gane.

En realidad, nuestra vida es estupenda, tenemos los mismos gustos y la misma filosofía de vida. El sentido del humor está presente en todos y cada uno de nuestros días. He estado a punto de asfixiarme en incontables ocasiones, a causa de la risa que me provoca Mari. Nuestras carreras hogareñas y persecutorias son leyenda, nuestras conversaciones imposibles y llenas de ciencia ficción, darían para unas cuantas pelis.

Cuando Mari se enfada conmigo, yo me hago diminuta, me siento como una niña, torpe y llena de inseguridades. Eso me pone cardiaca y no soy capaz de dominarlo. Si está en el salón, pienso en ir hasta allí, pero luego me digo que mejor no, que seguramente la fastidiaria. Si se va a la habitación y se mete en la cama, pienso en acostarme a su lado, con un poco de suerte, igual puedo hasta abrazarla, pero algo por dentro me dice déjala en paz y no la pongas más a prueba.

Y yo vivo sin vivir en mi, más tan alta dicha espero, que espero y espero y sigo esperando como los peces en el río, que a unos les da por beber y a otras por esperar.

Mis orejillas empiezan a vibrar, eso solo significa que Mari se mueve. Tensión. Mi corazoncillo empieza a alterarse, sabe que Mari planea algo... ahí está, la Mari ha decidido darse un baño. Mi cerebro enloquece con pensamientos: muchos de nuestros enfados los hemos superado acuáticamente, compartiendo bañera y espuma. Me acercaré??... mejor no, espera, que esa mujer es muy pantera y si te mete un zarpazo, no la cuentas. Mis orejillas aletean furiosamente, tan es así, que me han elevado dos centímetros del suelo: suena música...y que músicaaaaa... particularmente a mi Lady Gaga ni me va, ni me viene, pero su canción de Bad Romance, tiene un no sé qué, que qué se yo... y hace que la mujer maliciosa y lujuriosilla que llevo dentro, asome a mis ojos y a mi boca. Es una canción que le he cantado a Mari, que la hemos bailado, una canción con la que la pongo nerviosa, alterada y que le provoca una risa insegura.

Salgo del estudio como si fuera Apachete, con el puñal entre los dientes, con sigilo, precaución y todos los sentidos alerta. Una pluma de mi penacho se ha revirao... y la muy jodía me hace cosquillas en la nariz... aguanto estoicamente y sigo avanzando hasta la puerta del baño. No está cerrada del todo, dispongo de tres milímetros para espiar con mi ojo de águila. La Gaga, sigue cantando con más vigor que nunca. Mari está de pie, en el centro, mirando hacia el infinito y soltando un largo suspiro. A mi se me cayó hasta la última pluma del penacho. Decido ir a por todas y empujo la puerta del baño. La Gaga no calla, sigue dándome los ánimos que tanto necesito. Y entonces, en cámara muy, muy, muy lenta, Mari gira su cabeza y sus enormes y profundos ojos me enfocan... y de pronto veo como la comisura de su boca comienza a subir despacito... la Gaga me acompaña, la tengo trepada como un loro en el hombro y por fin, veo la luz al final del túnel, me quedo ciega... Mari me está sonriendo y a mi se me cae al suelo el puñal, lo que queda de mi destartalado penacho, el loro y hasta el tanga que llevaba torcío... Mari me está sonriendo!!... me sonríe porque la Gaga me ha ayudado a desarmarla, porque la Gaga tiene mucho significado entre nosostras y mis brazos me empujan hacia ella porque se morían por abrazarla y yo sólo pude decirle: que sonrisa tan preciosa tienes cariño y nos fundimos en no uno, sino en muchos abrazos y compartimos el baño y decidimos salir para darle una patada en el culo a las penas y comer centollo y hablamos y hablamos y hablamos, y Mari quiso sensibilizarme hasta hacerme llorar y lo hizo y yo sentí que la amaba más que nunca y decidimos tomarnos una copa, y volvimos a cantar con la Gaga y sin ella y a besarnos y abrazarnos y comernos con la mirada y a volver a casa. Y tuvimos lo que hay que tener....

sábado, 20 de marzo de 2010


Lo recuerdas??... hay cosas que nunca cambian por más que pasen los años.


29/08/07
La tristeza. Por qué será tan complicado hablar de los sentimientos??Para mi resulta toda una hazaña intentar describir con palabras lo que es un sentimiento y lo que produce en mi, especialmente si la sensación me empaña el entendimiento. No reniego de mi tristeza, cuando aparece muy de vez en cuando, la abrazo con reconocimiento, aún sin saber el por qué de su visita o sabiéndola perfectamente. En realidad me gusta la tristeza, no como un estado de ánimo habitual, pero si en pequeñas y espaciadas apariciones estelares, me hace comprender mi propia estupidez e incluso la estupidez a nivel general. Es alucinante la forma en que se nos despiertan las percepciones cuando la tristeza se nos acomoda en la espalda y se deja transportar placenteramente por nosotras mismas. Es una amiga peligrosa, difícil de dominar. Tiene un encanto poderoso. Siempre llega de una forma lenta, sinuosa, muy suave, como la más bella de las mujeres y una vez que te ha enredado, entonces es cuando se columpia graciosamente en nuestra mirada, en nuestra sonrisa y se convierte en una okupa de nuestro corazón. Ahí es cuando comienza el peligro, porque esta amenazadora compañera te da una de cal y dos de arena. Te ciega, te confunde y te hace perderte en tus propias interioridades, nos bloquea la brújula de forma fulminante, pero claro, para compensarnos, también usa la artimaña de mostrarnos lo que realmente nos importa, lo que anhelamos, lo que amamos o lo que simplemente rechazamos.La tristeza tiene un puntito especial, un morbo enfermizo, un bucle peligrosamente interminable, porque como no reaccionemos a tiempo, se instala a vivir con nosotros permanentemente, acostumbrándonos a ella de una forma irremediable. Es uno de los sentimientos más gozosos, porque en ella el egocentrismo llega a su máximo esplendor. No hay nada tan íntimo y tan puro como aquella tristeza que trata de evitarse, que se oculta y se quiere acallar, llega a ser algo totalmente sensual, catatónico.Pero... sigue siendo peligrosa. Una persona triste, puede resultar atrayente en un primer momento, los amigos pueden intentar animar, consolar, sacar adelante y comprender. Cuando esa contradictoria tristeza no termina de irse y se atrinchera, es cuando comienzan los verdaderos problemas, porque a la hora de reir, todo el mundo ríe contigo, pero si lloras, entonces lo haces solo. Dos filos. Dos mundos.Sonrie, siempre sonrie, porque más triste que tu sonrisa triste, es la tristeza de no verte sonreir.

viernes, 19 de marzo de 2010


Día del Padre. Día de Josefas, Josefinas, María José, Josés y demás finas hierbas.

No soy aficionada a las fechas señaladas, yo señalo mis propias fechas, pero la necesidad obliga.

Sigo extrañando a mi padre. Han pasado veinte años y no hay un solo día que mi pensamiento no me lleve hasta él. El dolor menguó, no es tan punzante, a no ser que se dé una charla sobre su persona y es entonces cuando empiezo a sentir el nudo que atenaza mi garganta y me emociono sin poder controlarlo. Me duelen hasta los tendones del cuello ante tanta contención y mis ojos me traicionan, siento que empiezan a quemarse, preludio de unas lágrimas que revientan por salir. Mi cerebro se llena de vertiginosos flashes, desde mi infancia hasta el último día y padezco infinidad de sentimientos, en su mayoría cálidos y repletos de amor.

Si ha habido un hombre en mi vida, ese fue sin duda mi padre. No por el simple hecho de ser mi padre, sino por ser la clase de persona que era.

También es el día de mi niña, estamos de santa, porque hasta donde yo sé, no hay ningún santo llamado María José, Josefa, Josefina y demás finas hierbas. No es el día de tu santo, es el día de tu santa y aprovecho para felicitarte.

Tengo la vaga sospecha de que de una forma u otra, buscamos inconscientemente referentes en nuestra vida, es decir, a mi me marcó profundamente mi padre, pude disfrutar plenamente del tipo de persona que era y adorarlo con toda la fuerza de mi ser. Pude ver todas las cualidades que poseía y maravillarme de esa mente privilegiada llena de conocimientos y bondades. El, junto a mi madre, hacían el conjunto perfecto, se complementaban increíblemente y el amor que se tenían era evidente hasta para un ciego.

Pues habiendo vivido con semejante ejemplo, no pude conformarme con menos. Cometí errores, muchos y fatales, pero también tuve el coraje de desbaratar mi encarrilada y cómoda vida para seguir buscando lo que me faltaba y lo que me faltaba, no era otra cosa que Mari.

Ella es el compendio de mis padres, poseé las cualidades que más he admirado en ellos y también sus defectos temperamentales... jajaja... y además, tiene sus propias peculiaridades que la hacen única y apasionante. Sigo corriendo por volver a su lado, aunque solo me haya acercado a la esquina. Sigo disfrutando como el primer día con nuestras aventuras imposibles y las carcajadas ciegas a las que me empuja. Sigo comiéndomela con la mirada estemos dónde estemos, porque sigue estremeciéndome cuando me pierdo en sus ojos y además, para que me voy a engañar: porque está muuuuy buena!!!

Ella es el amor de mi vida por millones de cosas que no puedo ponerme a enumerar y lo supe en el mismo momento en que vi que ella solita pudo curarme mis dolores psicológicos y los físicos, cuando llegué destrozada por distintos motivos y la vi esperándome con los brazos abiertos, cuando me escondí en su cuello y al absorber su olor y su calor, mi corazón gritó: casa!!

jueves, 18 de marzo de 2010

Los buenos días


Pues comienzo esto de forma inesperada, pero muerta de risa.

He tenido que madrugar porque tenía que hacer un par de llamadas. Mi rutina matinal es milimétrica y siempre la misma: Me pongo la camiseta, del revés, porque para qué ponérmela del derecho si así va todo el mundo. Intento meter las dos piernas por la misma pernera, porque para qué usar las dos si eso lo hace cualquiera. Me pongo mis calcetines megasuperesponjosos y arcoirisados, eso sí, la talonera en los empeines, hay que marcar estilo y tendencia. Todo esto lo hago a oscuras y con la ayuda que me pueda prestar mi móvil, ya que el sueño de Mari, no es muy potente y por regla general, cuando yo me levanto, ella acaba de acostarse.

Bueno, pues después de estas proezas matinales, voy dando suaves eses hasta la cocina. Voy derechita hasta la ventana de la cocina, allí tenemos una especie de sofá, si, si, si... un sillón en la cocina que queda estupendamente. Todo el mundo quiere sentarse en él, pero a lo zorro, como si ese deseo insano, no fuera con ellas.

Me dirijo al sillón, porque allí está durmiendo Nuka. Por regla general, suele estar destapada y en postura rosquillal. Me agacho y le doy entre cinco a diez besitos en el cogotín que tiene. Ella responde haciendo la X o el molino, todas las patas bien extendidas, poco femenina y esperando que le acaricie su sonrosada pancita.

Me hago el café y salgo de la cocina sin dejar de ejecutar mis suaves eses, ahora el destino es el estudio. Mientras me voy escaldando la lengua y el paladar con el café, mariposeo con el ordenador.

Esa es mi rutina matinal. Eso es exactamente lo que hice hace unos minutos. La diferencia está en que cuando me senté y después de intentar que mis ojos pudieran leer algo o cuando menos, distinguir algo en el monitor, reparé en un folio escrito delante del teclado.

Mari me había dejado una nota de buenos días, de favores, de dibujos muy poco artísticos y de pasiones erótico-festivas.

Justo en la esquinita de la derecha, abajo del todo, me puso una predicción:

"Seguro que tienes cara de boba y te estás riendo..."

Y así fue, así es y así será. Mi corazón dio un salto y se sintió contento. No me importa ser tan predecible para ella y que me lea las interioridades sin siquiera estar presente.

Ahora es cuando yo sacaría mi acento mexicano y dando saltitos pugilísticos le diría:

" ¿Qué te traes, qué te traes?"

Y ella me respondería con chulería mexicana:

"Te traigo muerta, te traigo muerta"

Me trae muerta, enloquecida y enamorada.