
Ay!!... que racha, madre del amor fermoso!!
Latumari ha pillado una estúpida gripe que la ha pulverizado hasta el límite, queriendo hacerle brotar el vértigo. Esto se cuenta rápido, pero ha sido un proceso de dos semanas, cada día más eterno que el anterior.
Y clarooooo!!!... cómo iba a dejar yo que todo el protagonismo se lo llevara ella???... no, no, nooo!!
Así, con discrección, fui poniéndome silenciosamente morada. Las dos enroscaditas en la cama.
No quería que el pánico se apoderara de mi, no quería quedarme sin aire, pero dejé de respirar. Y es queeeee... empezó a latirme una muela. Después de años, volví a tener un horrible dolor de muelas. No podía creerlo, en mayo fui con mi dentista y todo había quedado divino de la muerte.
Pues ná, que tuve que dejar el curro al día siguiente, para que mi dentista me recibiera de urgencia.
Allí estaba yo, toda digna por fuera y rabiando por dentro. Pariendo por minutos y tratando de regular mi desbocada respiración. Me avisaron que podía pasar y salí de la salita de espera tiesa como el palo de una escoba. Eso si, en cuanto vi a Silvia, mi dentista, mujer seria donde las haya e incluso apabullante, perdí toda mi dignidad y entré dando saltitos de pataleta mientras mencionba su nombre... tanto Silvia, como su ayudanta, se partieron de risa literalmente. Creo que les toqué la fibra sensible, porque claro, una menda va siempre pisando fuerte, digna e incluso chulescamente, era impensable verme dando saltitos berrinchudos. Con todo el cariño del mundo y con sólo ponerme el ojo encima, me dijo que se me había formado una bolsa de pus debajo del último empaste. Me recetó antibiótico y quedamos para la siguiente semana.
Dos días después, un sábado, amanecí con la cara de pandereta, me parecía a Popeye pero con pelo. Nos fuimos a urgencias para que me dieran un justificante y poder quedarme en casa para rumiar mi dolor y no ir a currar.
Al día siguiente empezaron a irritarse mis partes sensibles. Menos mal que Latumari y yo, lo tomamos a risa, pero era pa llorar y no parar.
Ya se lo dije a Latumari: no hay ni un sólo resquicio que ya no conozca de mi. Ella y sólo ella, ha llegado dónde nunca nadie soñó siquiera. No hay postura por poco decorosa que sea, que yo no haya lucido ante ella. Cada milímetro de mi anatomía ha sido visitado por su mirada experta.
Es más, puedo asumir mi papel de Apachete, penacho parapetado en el cogote, cuchillo entre los dientes, repto como una anguila, aguzando mis sentidos mientras me cuelo en la habitación. Incluso me chupo el dedo pa ver la dirección del viento y que éste me ayude a pasar desapercibida... trepo por el armario, observo el cuerpecillo de Latumari arropado en la cama y mis tendones se ponen como cuerdas de violín ante el salto previo que voy a dar. Allá voyyyyyy!!!... grito de guerra... caos total... de la que salto hago la equis... es decir brazos en alto, piernas estiradas... al gritar se me cae el cuchillo que llevo entre los dientes, el penacho se me escurre y queda ladeao, el tapa-ratos se desparigüela y Latumari ya usó su memoria fotográfica hacia mis partes.
Joups!!... nada intimidante, la verdad. Me diagnostica que tengo las zonas nobles al pilpil y me espatarra analíticamente sobre la cama.
Habla con Silvia y le ordena que deje de tomar el antibiótico inmediatamente. Así lo hago, pero el proceso lleva su tiempo. Mi flora intestinal ha sido exterminada, mi culete ha quedado como boca de payaso, y no sonriente precisamente. Que me ponga un óvulo. A estas alturas, yo siento casi, casi, furor uterino. Cualquier esquina me resulta sugerente, hasta el pico de la plancha.... por las barbillas de Neptunooooo.... como puede arder tantoooooo????
Bué... después de cuatro días sin meterme medicamentos y con las partes casi recuperadas al cien por cien... ayer empezó a brotarme una pequeña erupción. Empezó por los muslos, de las rodillas a las ingles... cuando llegué al curro, ya había ascendido por mis escote y comenzaba a subir por el cuello. El matasanos/matamalos de la empresa, me dio un antiestamínico... llevo tres pastillitas de ayer a hoy y esto no para.
Hoy voy de Ronchawoman Escarlata. Las piernas, el estómago, el pecho, los brazos, la espalda, el culete... todo está invadido. Doy grima. La pequeñísimas ronchas se van aliando y hay zonas dónde ya son una sóla y enorme mancha roja intensa. Me he convertido en una tránsfuga, ahora voy por la vida de Piel Roja.
Mañana tengo dentista y cita con mi médico... alguien puede salvarme???... es que ya estoy agotadita y a partir de pasado mañana empiezo jornadas ampliadas en el curro, mañanas, tardes y casi, casi noches.
Socorritooooo!!... Auxilitoooo!!... qué será de mi??... ainss!!... menos mal que la Latumari nos cuida a las dos.