sábado, 24 de julio de 2010

Haciendo historias


Que bien se pasa cuando hacemos travesurillas...

Antes de ayer, cuando salir de currar, Latumari me recogió y nos fuimos a tomar una estupenda sangría de sidra y cómo no: a cenar.

Estábamos en plena faena manteniendo nuestras mandíbulas a destajo, cuando latumari se quedó clavada. Había olvidado algo en el trabajo, concretamente en el cuarto que sólo utiliza ella para cambiarse. Como la vi tan incómoda por aquello, le dijde que según terminaramos de cenar, pasaríamos por la fábrica y asunto solucionado.

Así lo hicimos. La verdad es que ya me había hecho a la idea de tener que esperarla fuera, porque para pasar, hay unas medidad de seguridad bastante potentes y a menos que tengas acreditación, te quedas fuera. Incluso llegué a bajarme del coche en cuanto llegamos a la garita del vigilante. El hombre me escaneó y decidió dejarme pasar con latumari.

Latumari volvió a describirme aquel lugar que para mi es lo más parecido a los infiernos de Dante y eso que por la noche, gana un montón, porque a pesar de tanta iluminación, no te permite distinguir la cruda realidad del lugar.

Bueno, pues finalmente llegamos al edificio que correspondía. Latumari iba delante de mi, encendiendo luces de pasillos, oficinas y cuartos, ensimismada en sus explicaciones, poniendo belleza dónde sólo había el paso de los años y un color rojizo de grafito incrustado a perpetuidad. Yo la observaba unos paso por detrás: tan mona!!... con sus vaqueritos ceñidos, ese culo fantástico y su camisetita sin mangas. Nada podía quedar a la imaginación, era lo que había.

Mi ceja derecha ya estaba ligeramente elevada y la comisura derecha de mi boca también se elevó. Sentí el cosquilleo que precede a mis malicias.

Llegamos a su cuartito. Creo que debe de medir 2 por 2... sólo cabe una ducha de 60 por 30 y un lavabo dónde solo puedes lavarte las manos de canto... pero latumari es conocida por sus múltiples facetas, y una de ellas es que también es latumariGiver... hace y deshace el mundo con una cerilla y un chicle usado.

Me mostró un armario que se hizo ella solita... con cartón... tiene sus puertitas con cerrojo y todo, dentro la barra para colgar la ropa... un panel que desliza a su conveniencia para usar el portátil o trabajar en sus maquetas... dos cajones repletos de cosas que sólo son tesoritos para ella y más ropa.

Yo observaba todo aquello entre flipante, admirada y orgullosa y claro... quise darle un regalo a latumari, algo para ella y para mi, algo que pudiéramos recordar las dos y especialmente ella para cuando llega a ese infierno particular.

Sin previo aviso, la enganché por la cintura y nos dimos un morreo de escándalo, parecíamos pulpos. Menos mal que el cuartito era tan diminuto, porque si no, hubiéramos ido golpeándonos contra todas las paredes y derribando todo lo que hubiera a nuestro paso. Nos enganchamos cómo pudimos al marco de aquella puerta... y empezamos a reirnos... de no ser porque el guardia de seguridad nos dejó pasar excepcionalmente y nos tenía controladas... el olvido de latumari, hubiera terminado en fuegos artificiales.

En cualquier caso, conseguimos ese momento para el recuerdo.

Ayer a las 14: 16, tenía en el trabajo una llamada perdida de latumari que no pude responder hasta dos horas más tarde y que ella tampoco pudo devolverme. Supe inmediatamente para qué era la llamada: al entrar en su cuarto para empezar a trabajar, recordó el momento que vivimos en aquella cajita de cerillas... misión cumplida... ella sonreía y yo también.

6 comentarios:

  1. jajajajajaj nena, lo has descrito tan bien que os estaba viendo!!
    Menos mal que sois personas responsables y nunca haríais algo así... pffffff ;)

    Así que aquello era sangría de sidra?? voy a tener que probarla.

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  2. qué bueno, cuñá, y qué genial que lamimari pueda sonreír cuando entra a esa mierda de sitio, nos vemos esta noche.

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  3. Ójala todas las maldades fueran así!

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  4. qué chulo¡¡ qué romántico¡¡ eso es hacer que algo tan rutinario como cambiarte de ropa para currar sea especial¡¡¡

    besinos pancha¡¡¡ y sigue escribiendo que yo sigo leyéndote¡¡¡

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  5. qué guai, y que pena que no pudierais ir "a mayores" como dice la marmarilla, jajajajaaaaaaa

    un beso pa las dos!!

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  6. Cris: somos responsables y nunca haríamos algo asi???... jajajaja... que bonita es la inocencia!!

    Marcela: no tengo nada que decirte, que tú y yo, ya hemos hablado de esto...jajaja

    Alson: tienes toda la razón, ojalá, ojalá!!

    Yosu: lo has pillao a la primera pancha, esa era la idea. Intento escribir, pero el curro me tiene enloquecidamente frenética, ya sabes.

    Farala: totalmente... fue una verdadera pena, pero todo se andará...jijiji
    Bienvenida, infatigable viajera, otro beso pa' vosotras.

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