sábado, 6 de noviembre de 2010

Lo que se puede llegar a sentir...


Hace veintidos años que trabajo en el mismo lugar. Me niego a mencionar el nombre de mi empresa, con que diga que son unos grandes almacenes de toda la vida, rápidamente se pueden atar cabos.

Al principio me encantaba y no precisamente porque me guste estar de cara al público, pero me resultaba fascinante la cantidad de recursos que teníamos para conseguir un artículo determinado, como funcionábamos internamente y los medios con los que contábamos.

Por aquellos tiempos, nuestro trabajo consistía en colocar la mercancía que llegaba antes de abrir al público ( contra la creencia popular de que lo hacen los duendecillos verdes durante la noche). Atendíamos al público, si pagaban en efectivo o con la tarjeta nuestra, se cobraba en la caja del departamento y zanjado. Si pagaban con tarjeta bancaria, hacer una devolución o querían que se les empaquetara el artículo para regalo, los acompañabas a las famosas cajas centrales. Punto pelota.

De unos años para acá, además de ser unos vendedores muy estéticos, dignos y educados, cobramos con todo tipo de tarjetas nosotros mismos, empaquetamos para regalo, les hacemos el talón de reserva, nos colgamos del teléfono llamando a todos los centros del país para pedir lo que desean y que nosotros no tenemos en ese momento, hacemos las devoluciones, les llamamos por teléfono para decirles que se ha conseguido lo que querían, hacemos las rescisiones de mercancía que se pidió y que luego no se llevaron, hacemos los inventarios, colocamos y surtimos los departamentos, las exposiciones, atendemos las reclamaciones siendo el primer parapeto para la furia de un majadero que nos llama de todo porque no le hacemos el abono, eso si, luego viene el jefe de turno para dejarte a ti como una imbécil y quedar él como el héroe de la película, cuando lo que tú haces, es lo que se te ordena. En mi caso, llevo a más de sesenta proveedores, surto y anulo según convenga. Mandamos mercancía a otros centros, hacemos las devoluciones de los proveedores... etc, etc, etc...

Lo curioso es que la gente cree que sólo estamos allí divinamente plantados y vendiendo exclusivamente.

A todo esto, hay que sumarle que con la nueva reforma, nos han aplicado por el artículo treinta y tres, unos nuevos horarios. Con eso han logrado endosarnos jornadas partidas, cuándo y cómo ellos quieren, sin derecho a pataleo, con una hora para comer y dando palmas.

El resultado es que todo el mundo está agotado, quemado y medio deprimido. Dónde antes eramos cuarenta, ahora hay dieciocho. No se ha vuelto a contratar a una sola persona. La gente se queja porque no se le atiende o se le atiende mal... y cómo no iba a ser así??... no podemos hacer más de lo que ya hacemos y mucho menos sonreir como a primera hora de la mañana.

Ayer un jefe le lavantó la mano a un compañero mío. Intentó darle un puñetazo... todavía no doy crédito. Nuestro jefe de planta, fue testigo al igual que otra docena de personas. Cuando mi compañero le preguntó si lo había visto y si no iba a hacer nada, éste cabrón con patas que tenemos por jefe, le respondió que el otro era un superior y le debía respeto.

Mi compañero tuvo que irse para urgencias acompañado por otro. Su corazón está un poco golpeado, por lo que cuando el médico le tomó la tensión se quedó helado al ver lo elevadísima que estaba. Cuando se enteró de lo que había ocurrido, le informó que como médico, tiene la obligación de denunciarlo y que lo haría sobre la marcha.

No sé en lo que parará todo esto. Lo único que sé, es que nunca estuvimos más desamparados, esclavizados y ninguneados que ahora. No es que seamos números, es que ahora somos pedazos de carne sin derecho a nada.

Hace tiempo que me ahogo entre la rabia, la pena y la impotencia. Pero lo de ayer... ver a mi compañero, un hombre hecho y derecho de sesenta años llorando como un niño conmigo, por la indignación y la humillación... eso no me lo quita nadie de la cabeza. Asco. Asco absoluto. Y verguenza, muchísima verguenza por haber tirado veintidos años de mi vida con una empresa que hace ya muchísimo tiempo que no me representa y que dejaría con los ojos cerrados.

12 comentarios:

  1. Madre mía... cuánto lo siento! Siento que te haya pasado ésto, que le haya pasado a tu compañero, que pasen este tipo de cosas...

    Me quedo sin muchas palabras porque también me deja perpleja lo que nos cuentas pero sí te digo una cosa, esos 22 años no se los regales, son tuyos, trabajados ahí, pero tuyos. Ojalá -pongo energía para ello- te llegue otra oferta laboral.

    Un abrazo, guapa.

    ResponderEliminar
  2. mecagüen tó, una bomba voy a poner, fíjate bien. Esclavistas, asquerosos, empresarios, adinerados, aplastadores...Me enciendo, me enciendo y voy por la barricada.

    ResponderEliminar
  3. De verdad, ¡qué asco! Qué asco me dan la "grandes" empresas, y las pequeñas, que se forran a costa del trabajo de otras personas; qué asco me da que se aprovechen de la crisis para reducir las plantllas y sobrecargar de trabajo al personal; qué asco me dan quienes abusan de su poder para machacar a sus subordinados. ¡Qué asco más profundo me da este mundo de machitos!
    Bien que lo siento por ti. Ojalá encontraras otra cosa y pudieras largarte de esa mierda.

    ResponderEliminar
  4. Dicen que la crisis nos afecta a TODOS. Una mierda, si nos tuviera que afectar por igual, de forma proporcionada, esas grandes empresas ganarían un poco menos (como yo y como tanta gente) pero no se pueden permitir minimizar beneficios. Para ganar lo mismo tienen se convierten en esclavistas sobre el personal que "pueden mantener" (entrecomillo aposta).

    ResponderEliminar
  5. ¡Qué fuerte lo que estoy leyendo! Pero, ¿dónde se creen que van a llegar los empresarios de mierda estos? ¡Qué asco de gente, de verdad! Pobre compañero, pobre señor, pobre...Y nadie hace nada?? Soy nueva en este blog, pero, desde luego, siento muchísimo que hayas tenido que pasar por algo así. Un abrazo

    ResponderEliminar
  6. Pues la verdad es que es muy fuerte y este tipo de cosas hacen que las personas vean en su trabajo solo una forma de poder comer...de verdad que da asco...
    Pero eso si, nuestros queridos gobernantes estan preocupados de cargarse la prostitución, porque claro "...como es un problema graviiiiiisiiiiiimo" y de paso les traera algún que otro voto conservador..que no, que no que se preocupen de los problemas reales, del maltratato sea hetero, homo, bi, trans o de la forma que sea (porque tambien existe aunque cerremos los ojos), del jodido paro que hace que nos tengamos que agarrar a un curro de mierda, de las discriminaciones laborales entre hombres y mujeres (que inventaron un ministerio que al final no sirvio de nada y no tienen argumentos para defenderlo ante los peperos, porque la cagaron a dolor) y sobre todo que persigan todas estas mierdas como la que denuncia nuestra "pelos", porque al final yo voy a unirme a Marcelita y empezar a quemar neumáticos y poner bombas....QUE PARECE QUE ES LA UNICA MANERA DE QUE SE ESCUCHE A LA GENTE CONTRAAAAAAAAAAAA....

    ResponderEliminar
  7. Menuda panda de Cabronazos! Toi con Marcelilla y Desastrin, a esti pasu sólo nos queda empezar a quemar gonmes!

    ResponderEliminar
  8. a por elloooooos, el comando quebrantahuesos al ataqueeeeeeee

    ResponderEliminar
  9. Hola!! he llegado a aquí a través de otros blogs. He leído tu post y no puedo estar más de acuerdo. Llevo casi 17 años en mi empresa y la trayectoria es absolutamente similar a la que comentas tú. Hemos dejado de ser personas para convertirnos en recursos productores de beneficio. Qué desilusión y qué rabia!!

    En fin, habrá que llevarlo con paciencia y todavía dar gracias porque hay situaciones peores... Ánimo!!

    ResponderEliminar
  10. yo todos los años (suele ser por navidades) me propongo un boicot TOTAL a ese centro donde trabajas. Por lo que cuentas, que viene de atrás, y por el absoluto monopolio mangoneo que se traen. Nunca lo he conseguido. El último día, en el último minuto allí encuentro justo lo que necesito...

    ResponderEliminar
  11. pfff, con el tema del trabajo.. o te hundes en la miseria o se tiene una actitud pasiva. Sé lo duro que es después de implicarte tanto y tantos años, pero es importante cambiar el chip y que empiece a resbalarte todo si no quieres seguir sufriendo.. ánimo y besos.

    ResponderEliminar
  12. No tengo palabras, de verdad, no imaginaba q aún existieran energúmenos de ese calibre y con pinceladas tan nazis. Lo siento, ahora entiendo q un día te molestars con un comentario q hice. Mil disculpas.

    ResponderEliminar