martes, 13 de abril de 2010

Conociendo a un fantasma


Hoy me siento un poco triste.

Ayer, antes de irnos a trabajar, Mari y yo fuimos a tomar el café. Es rutina, lo mismo que echarle un vistazo al periódico mientras lo tomamos. Mientras ella pasa las páginas, yo le echo un vistazo a los titulares que pueden llamar mi atención. Uno de ellos, explicaba que había desaparecido un hombre mientras pescaba y su búsqueda no estaba dando resultados.

Cuando llegué al trabajo, mis compañeros estaban muy dispersos y taciturnos. Me dijeron que el pescador desaparecido, era la pareja de Amparo, una de las compañeras más dulces y querida de nuestra planta.

Me quedé de piedra, más que nada, porque el sábado me lo presentó y se le veía un tipo alegre, educado y feliz consigo mismo. Sus ojos eran brillantes, especialmente cuando los posaba sobre Amparín. La típica pareja que se descubre tarde en el tiempo, pero se descubre y lo disfrutaban con la emoción de un par de quinceañeros y la sabiduría de ser cincuentones.

Dicen que Amparín está como loca, que tardará mucho en superar esto, si es que llega a superarlo. Que creen que tardará en volver a incorporarse.

Y yo sólo puedo recordar que el mismo sábado me estaba diciendo lo feliz que era al lado de "su chico", como ella lo llamaba. Que había tenido muchísima suerte. Que ese sábado, ella tenía una cena con su peña, pero que iba a hablar con ellos, para decirles que si querían que ella asistiera a esas cenas, deberían hacerlas de viernes, porque ahora los sábados, los quería pasar con él, que disfrutaban mucho los dos de su mutua compañía, de sus vinitos, sus charlas y sus planes de futuro.

Si Amparo no hubiera tenido esa cena, su chico no habría ido a pescar. Seguro que ese conocimiento la está machacando viva.

Que triste es todo. Hoy estás y en unas horas dejas de estar. Tu mundo se desmorona.

Y yo no puedo quitarme de la cabeza, la imagen de ambos el sábado, abrazados y paseando tranquilamente. La última persona que lo vio fue Amparo. La penúltima, fui yo.

Y su cuerpo, no aparece.

6 comentarios:

  1. La vida es una jodida mierda, de verdad...me parece estupendo que la gente sea creyente....pero a mi estas cosas me hacen descreer, que quies que te diga...con el monton de capullos que hay por el mundo...
    Un besito....

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  2. qué horror y qué injusta es la vida, qué pena. Puf, me quedo encogida después de leerte, cuñá. Cuánto tenemos que disfrutar de lo que tenemos ¿verdad?

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  3. Así es, Desastrín, yo cada vez creo menos y cada vez confirmo más la cantidad de capullo que anda suelto.

    Por supuesto cuñá, agradezco el hecho de ser tan, tan, tan consciente de ello.

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  4. ...vive cada día como si fuera el último xq un día de éstos, lo será...

    Ánimo!!

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  5. Jope¡¡ pues sí que es chungo tía¡¡¡ tienes que darle muchos ánimos a tu amiga ok??

    Un besin

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  6. Buen consejo Soledad, hace tiempo que aprendí a vivir así.

    Lo intentamos Yosu, pero es casi imposible. Necesita tiempo y muchísimo cariño.

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